viernes, 23 de octubre de 2009

Treinta y...

Y no somos más sabios, pero algo más sabemos. Por ejemplo, que las madres tenían razón: si no te cuidas tú, ¿quién te va a cuidar? También que las historias, buenas o malas, que duran toda la vida, tienen un principio y seguramente ahora lo estemos viviendo. También tenemos pistas de que somos como queremos ser y lo demás, son más excusas que verdades. Hay quien sabe que la gente no sabe cuando no está viajando. Y quien no sabe que los demás sabemos a que saben los besos que no se dan. Quienes encuentran su mundo en su interior, quienes los tienen después de muchos y grandes esfuerzos hechos hogar y quienes no lo quieren dejar de buscar.

Cada vez nos gustamos más y nos entendemos menos. Cada día hace el siguiente más incierto y, con suerte, más feliz. Ya podemos ser madres, padres y hasta espíritus santos... pero con el gustillo que da pecar. Reconociendo que lo hoy retro nos vestía en nuestra adolescencia, que los que tienen diez años menos no son tan chicos ni diez más, tan grandes, que la edad de nuestros padres ya es más que respetable y la nuestra es estupenda. ¡Ay! compañeros y compañeras de viaje... "queridos lectores" ;), aunque la vida a veces pierda su sentido, no hay que apurarse. Siempre nos quedará vivir para contarlo.